lunes, 4 de febrero de 2008

América Latina en el foro de Davos

América Latina en el foro de Davos

Observando la lista de líderes políticos, magnates empresariales y estrellas académicas que participaron en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, la semana pasada, resultó difícil no advertir que había muy pocos latinoamericanos en la reunión.
Se trata de una mala noticia para Latinoamérica. En un mundo en el que los países de Asia, Medio Oriente y Europa del Este compiten por una tajada de las inversiones extranjeras, mercados de exportación y préstamos para el desarrollo disponibles en el mundo, parece que los líderes políticos y empresariales latinoamericanos están más interesados en hablar entre ellos en su casa que en salir a cortejar a los inversores extranjeros.
Sólo un presidente latinoamericano --el colombiano Alvaro Uribe-- asistió al encuentro, y lo más probable es que haya utilizado su tiempo para asuntos políticos antes que económicos. Uribe, que está haciendo frente a una campaña del presidente narcisista-leninista de Venezuela, Hugo Chávez, para que se le conceda estatus diplomático a la guerrilla colombiana de las FARC, aprovechó su viaje para combatir esa ofensiva.
Es cierto que hubo presidentes de Bancos Centrales y ministros de finanzas de Brasil, México y Chile en la conferencia de Davos. Pero también hubo una total ausencia de funcionarios de Argentina, Venezuela y otros países de la región, y los funcionarios de Brasil, México y Chile que estaban allí pasaron casi inadvertidos entre las docenas de dignatarios de Medio Oriente, el sudeste asiático y Europa del Este que asistieron al encuentro.
Igualmente, entre los 2,500 empresarios que participaron, sólo había 45 de América Latina, según me dijeron los organizadores del foro. En comparación, India estaba representada por 70 empresarios en la conferencia.
''India ha hecho un mejor trabajo que los latinoamericanos al actuar de una manera unificada entre gobierno y empresarios para salir a vender su marca país'', me dijo desde Davos Emilio Lozoya, el director para Latinoamérica del Foro Económico Mundial. ``Por donde uno va se encuentra con ellos, los empresarios indios hablando de su país''.
La Confederación de Industrias de India lanzó una campaña respaldada por el gobierno con el eslogan: ''India en todas partes'' en Davos 2005, con el propósito de mejorar la imagen de India en el exterior y de promover las exportaciones y el turismo. Y desde entonces, India ha mantenido muy activa su ofensiva de relaciones públicas internacionales.
Según me contaron durante un viaje a India el año pasado, el gobierno de ese país financió la campaña ''India en todas Partes'' con un fondo fiduciario de $50 millones, y la Confederación de Industrias maneja la operación con $5 millones anuales procedentes de los intereses del fondo y de contribuciones empresariales.
Un alto funcionario de la Confederación me señalo que: ``Invertimos muy poco en publicidad. Nos concentramos en los eventos y conferencias''.
Países del sudeste asiático como Malasia y Singapur hacen similares campañas de promoción en Davos, ofreciendo cocktails y cortejando activamente a potenciales inversores, según me dijeron participantes de la conferencia. Sin embargo, no se vieron esfuerzos semejantes por parte de los países latinoamericanos.
''Está claro que el epicentro del mundo en desarrollo se ha desplazado a Asia y el Medio Oriente'', me dijo Javier Santiso, jefe de economistas del mundo en desarrollo de la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OECD), quien moderó un panel sobre Latinoamérica en Davos. ``Si el Foro no hubiera incluido nuestro panel en la agenda de la conferencia, nos hubiéramos caído del mapa''.
A juzgar por los resultados de una nueva encuesta a más de 3,000 miembros de las élites políticas, sociales y empresariales de 18 países de todo el mundo, que se hizo pública en la conferencia de Davos, las empresas latinoamericanas están pagando un alto costo por la imagen de sus países --o de ellas mismas-- en el exterior.
Ante la pregunta sobre cuánta confianza tienen en las empresas con sedes en 18 países de todo el mundo, los encuestados situaron a las empresas brasileras y mexicanas --las únicas latinoamericanas incluidas en la lista-- en los tres últimos puestos. Las empresas más confiables del mundo son las suecas, según la encuesta ``Barómetro de Confianza Edelman, 2008''.
''Las empresas con sede en México y en Brasil no suscitan mucha confianza en el mundo'', dijo la encuesta.
Mi opinión: es cierto que no es fácil para los líderes latinoamericanos dedicar tiempo para tratar de seducir a inversionistas y abrir nuevos mercados en conferencias internacionales realizadas en exclusivos centros de esquí suizos, en momentos en que gran parte de sus pueblos viven en la pobreza.
Pero India y China, países gobernados respectivamente por socialistas y comunistas, han hecho precisamente eso, y han reducido sus índices de pobreza mucho más rápidamente que América Latina. Quizás es hora de que los países latinoamericanos miren lo que está haciendo India para vender su marca país, y sigan sus pasos.

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